Es un método de resolución de conflictos en el cual un experto que actúa de manera neutral e imparcial, la persona mediadora, ayuda a las partes a alcanzar acuerdos que les permitan resolver sus disputas sin que la solución venga impuesta por un tercero.
¿Cuándo acudir a mediación?
La mediación no debe ser confundida con una terapia psicológica o de pareja, ni con la actividad judicial. Y tiene como objetivo la gestión y resolución del conflicto entre personas.
Por sus características, la mediación puede ser el método idóneo para tratar las dudas respecto a la continuidad de una relación. Posibilitando un espacio en el que hablar de aquellos aspectos de la relación que nos gustaría transformar.
Aunque, frecuentemente, su momento se sitúa con posterioridad a la toma de la decisión de poner fin a una relación. Cuando ya he decidido que me quiero separar y debo elegir la forma de hacer efectiva la separación o divorcio.
Podemos acudir a mediación en cualquier momento del proceso. Pero su efectividad y utilidad será mayor cuanto antes se inicie el procedimiento. Ya que ayudará a las partes evitar y atenuar los posibles perjuicios derivados del conflicto.
¿Por qué acudir a mediación?
– Porque, aunque estemos separados, seguimos siendo los padres de nuestros hijos.
– Porque la comunicación entre nosotros será diferente, pero seguirá siendo necesaria.
– Porque mantendremos el control de la gestión y resolución de nuestro conflicto. Sin imposiciones de terceros.
– Porque dejaremos de buscar culpables para convertirnos en auto-responsables.
– Porque reduciremos en gran medida los costes derivados de un divorcio contencioso.
– Porque nos aportará habilidades y pautas útiles para gestionar futuros conflictos que puedan surgir.
– Porque en mediación nos enfocamos hacia el futuro que queremos. No hacia la conflictividad pasada.
– Porque alcanzamos acuerdos basados a nuestros intereses y necesidades. Sin agravar el conflicto y preservando mejor la relación.
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