El éxito de la mediación

Imagen propiedad de: Getty Images/Vetta

Hace unos días finalicé dos procedimientos de mediación electrónica. Ambas, intervenciones en el ámbito familiar, con conflictos bastante escalados, y con custodia de menores en discusión.

Uno de los procedimientos estuvo a punto de descarrilar hasta en tres ocasiones, pero se cerró con acuerdos para la modificación de la custodia, el ajuste en la cuantía de alimentos del hijo común, el régimen de visitas, los intercambios, régimen viajes, etc. Permitiendo a las partes decidir su presente y futuro como adultos capaces.

El otro, que tenía su objeto en la disputa de padres y tíos por la custodia de un menor, se cerró sin acuerdos posibles y con la intervención resolutoria de la Administración en favor de una de las partes.

el alcance de la mediación como método para la transformación del conflicto, ultrapasa con mucho al resultado de su procedimiento.

Así, teniendo en cuenta lo anterior, y considerando únicamente la eventual consecución de acuerdos, uno podría caer en la tentación de calificar los procedimientos de mediación como de éxito o fracaso. Pero la experiencia me ha enseñado que el alcance de la mediación como método para la transformación del conflicto ultrapasa con mucho al resultado de su procedimiento.  Y su calificación requerirá, por tanto, de un análisis más amplio antes de emitir conclusiones categóricas.

Para ilustrar mejor lo que pretendo comunicar, me gustaría compartir las palabras que generosamente me dedicó la parte que se sintió perjudicada al cierre del segundo procedimiento: “De verdad agradezco todo lo que te has involucrado en nuestro caso. A mí personalmente esta mediación me ha ayudado mucho. A no tener miedo a expresar lo que quiero, y a entender que mis necesidades también importan. Sé que si en el futuro tenemos la oportunidad, me gustaría volver a hacer mediación y a contar contigo. Gracias de todo corazón

Como mediador, tengo el privilegio de colaborar con personas, organizaciones e instituciones en la gestión y resolución de sus conflictos. Y, cuando no es posible resolverlos, tengo la enorme suerte de acompañarles en su transición hacia un modelo más respetuoso, constructivo y dialogante de abordar las controversias.

El éxito de la mediación radica en saber abordar el conflicto comprometidos con la búsqueda de soluciones; en la actitud respetuosa hacia uno mismo y hacia el otro; en la asunción de la responsabilidad compartida; en la aceptación de la discrepancia; en salir de la mediación mejor de como se entró.

En mi humilde opinión, el éxito de la mediación no depende únicamente de la firma de unos acuerdos. El éxito de la mediación radica en saber abordar el conflicto comprometidos con la búsqueda de soluciones; en la actitud respetuosa hacia mismo y hacia el otro; en la asunción de la responsabilidad compartida; en la aceptación de la discrepancia; en salir de la mediación mejor de como se entró en ella.

Alfonso Casas es responsable de ADR y ODR de CIM.

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